Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados,
cifras que son fechas.
¡Álamos del Señor, que ayer tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas;
Álamos, que seréis mañana liras, del viento perfumado en primavera;
álamos del Señor, cerca del agua que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón, os lleva!

(Antonio Machado)