El don de la fiebre

El don de la fiebre

A veces sentía el aliento de una sombra en su nuca. A veces dudaba. Porque la duda es un lobo que merodea los sueños de todos los hombres, indiferente a sus creencias. Porque la duda no es incompatible con la fe, y a veces se filtraba a través de sus poros el agua de una aterradora pregunta: y si no existe el destinatario de nuestras oraciones. Y si la música no apuntaba con su dedo sino hacia un cielo vacío y sin dioses…

Mario Cuenca Sandoval – El don de la fiebre

-Imagen tomada en Córdoba, en el Vía Crucis del Viernes Santo.

SONY, ILCE-7M2, FE 28-70mm F3.5-5.6 OSS, 70.0 mm, 9, 1/80, 125