Estaban allí,
desparramadas,
las flores del árbol grande
que no se como se llama
y que florece rosado en las tardes,
esas tardes hermosas
en que tu recuerdo
es una sola corriente que vibra en mi sangre,
como esas flores vibran sobre el pavimento,
vuelan sobre los techos de las casas,
se enredan en el pelo de aquella vieja caminando despacio,
o en aquella fuente, mi amor
o en aquella fuente.....
(Gioconda Belli)