La matanza, es un rito secular. Los cerdos se sacrifican de forma típica en una dura jornada, en la que participan parientes, vecinos y amigos. Es ritual, festejo y sustento
de muchas familias del medio rural.
Del cerdo como dice el dicho, se aprovechan hasta los andares, y si en vida contribuye a preservar los encinares, tras el sacrificio, se convierte en el producto más exquisito de esta tierra.